Friday, February 24, 2017

PCI(Maoista) Los enemigos de clase no son en realidad muy fuertes porque estamos en una guerra de clases.

Camaradas,
La crisis económica y financiera que afecta a los países imperialistas desde 2008 ha generado el caos en todos los países del mundo y creado una enorme crisis social, dando lugar a una multiplicidad de movimientos de trabajadores, así como de nacionalidades y pueblos oprimidos. Los imperialistas están fomentando un cóctel de fascismo, religión y patriotería con el fin de liquidar estos movimientos, al pueblo y las políticas populares. Las fuerzas nacionalistas que están en el poder central promueven, por un lado, el patrioterismo cultural y los ataques fascistas, y, por otro, la puesta en práctica del programa llamado India Vision 2020, cuyo objetivo es dar satisfacción a los intereses de las grandes empresas y destruir el sistema económico del país.
Durante el primer mandato de la Alianza Nacional Democrática [NDA, en sus siglas en inglés], encabezada por el BJP, ya lanzaron el eslogan Shining India. Ahora el rutilante lema de la propaganda es Make in India. En el marco del programa India Vision 2020, Modi y compañía han puesto en marcha diversos proyectos, tales como el de ciudades inteligentes, Start-up India, Stand-up India, MUDRA Yojana, India digital, Skill India, RURBAN, etc. Para desarrollar estos proyectos preferentes, para reestructurar toda la economía india y ponerla al servicio de los intereses de los imperialistas, de la gran burguesía compradora y los terratenientes, Modi ha creado el NITI (Instituto Nacional para la Transformación de la India), en calidad de comisión de planificación. Con los fondos presupuestados para estos proyectos han elaborados planes para acabar con los maoístas. Están empleando estos fondos para tratar de aplastar el movimiento revolucionario que dirigimos. Modi ha viajado a más de 40 países y ha firmado cientos de memorandos de entendimiento con grandes multinacionales para saquear la riqueza de nuestro país. Desde que Modi llegó al poder, la economía de la India se ha hecho cada vez más dependiente de la estadounidense.
Las fuerzas nacional-hinduistas actúan sin la menor traba desde que el BJP llegó al poder central. Obligan a los fieles de otras religiones a aceptar que “las costumbres y tradiciones hindúes son patrimonio nacional”. La educación nacional-hinduista se ha impuesto hace ya mucho tiempo en los estados en que gobierna el BJP. En los colegios de Gujarat, desde los tiempos en que gobernaba allí Modi, se enseña a los estudiantes de 5º la teoría de Savarkar, según la cual “el hinduismo védico se encuentra en la raíz de la civilización india”. A los estudiantes de 10º se les enseña que el Varnashrama Dharma [el sistema de clases sociales de la literatura brahmánica] es la mayor bendición recibida de los arios. Vidya Bharati, miembro del Sangh Parivar, no ceja en su empeño de propagar la ideología nacional-hinduista. Las fuerzas nacional-hinduistas están modelando la educación a su antojo, valiéndose para ello del poder del Estado y de diversas organizaciones y foros. A las mentes impresionables de los jóvenes se les enseña una historia llena de interpretaciones y comentarios erróneos. Están atiborrando a la futura generación de ideología brahmánica. Este peligro aumenta día a día en las zonas adivasis.
Las fuerzas nacional-hinduistas recurren a la violencia y el asesinato contra los dalits, los adivasis y las minorías religiosas para obligarlos a aceptar el brahmanismo. Los crímenes por este motivo no dejan de aumentar gracias a la protección del Estado. Por medio del proselitismo pretenden convertir al hinduismo a quienes profesan otra religión. Muchas organizaciones participan en esta clase de actividades bajo el patrocinio del Sangh Parivar. Cada día aparecen nuevas asociaciones y grupos de este tipo que se dedican a propagar el nacional-hinduismo tras una fachada de armonía social. Desde que Modi, en el centro, y Devendra Fadnavis, en Maharastra, llegaron al poder, se aclama constantemente a B.R. Ambedkar y tratan de presentarse como los mesías de los dalits. Los dalits se han levantado en armas en Gujarat contra los ataques de las castas superiores y están organizando a nivel local un movimiento de protesta por la justicia social. Personas de todos los sectores y de todo el país han condenado estos ataques y apoyado las manifestaciones. En Gujarat, muchos escritores dalits han devuelto sus premios.
La hinduización de los adivasis de todo el país hace mucho que comenzó. Se han adoptado medidas para evacuarlos de la jungla. Como todo está en venta en la India, el gobierno de Modi también pretende vender los bosques. Los proyectos constitucionales para proteger los derechos de los adivasis, así como diversas leyes de distintos gobiernos, tales como la Ley para la Prevención de las Atrocidades contra determinadas castas y tribus, la PESA, la Nueva Política Forestal, la Ley de Arrendamientos de Chota Nagpur, etc. han terminado en el cubo de la basura. En su lugar, se están aprobando nuevas leyes, como la Ley de Vivienda de Jharkhand, en virtud de la cual se otorgan los mismos derechos, en relación al suelo, a los no indígenas asentados allí en los últimos 30 años que a los miembros de las tribus, lo que crea las condiciones para el desplazamiento de los adivasis y el saqueo de la riqueza forestal. Las fuerzas nacional-hinduistas han intensificado su agresión cultural para absorber a los adivasis en el hinduismo. Chowdaries, Bhils y Gamiths, que eran adivasis antes del régimen de Modi, han sido hinduizados, y Ram se ha añadido como apellido a los nombres adivasis. En los colegios religiosos que hay en las zonas adivasis, no se permite comer a quien no rece antes las oraciones hindúes. Se están implantando instituciones vanavasi [de asistencia social y proselitismo religioso] con el objetivo de llevar a los adivasis al redil de su comunidad. Fueron adivasis quienes participaron activamente tanto en el pogromo de 2002 en Gujarat como en el ataque contra los cristianos adivasis en Kandhamal en 2008. Incorporados a las filas del Sendra, el Salva Judum o las fuerzas de los Comandos CoBRA, los adivasis son la carne de cañón empleada para combatir al movimiento revolucionario. El gobierno de la NDA ha tomado la decisión de crear batallones especiales integrados por adivasis. Las masas adivasis de todo el país se oponen a dicha decisión gubernamental. Los intelectuales adivasis, los demócratas y los grupos auténticamente laicos están del lado de los adivasis y se solidarizan con ellos.
Las fuerzas nacional-hinduistas se dedican a atacar a los musulmanes de la India desde la división del país. Dichas fuerzas son las principales responsables de los muchos disturbios que, en numerosos puntos del país, estallaron entre comunidades en los últimos dos años.
Tras la llegada de Modi al poder, antiguos reos convictos nacional-hinduistas han salido de las cárceles llenos de arrogancia y altivez. El pueblo ha entendido claramente que el Estado defiende y protege sin rebozo a las fuerzas nacional-hinduistas, cuando asesinos y criminales como Sadhvi Pragya Thakur o los implicados en la matanza de la Gulbarg Society, andan sueltos por las calles.
Muchos gobiernos federales han prohibido la carne de vacuno. Con este pretexto y sobre la base de denuncias falsas, las fuerzas nacional-hinduistas atacan violentamente a los musulmanes. A muchos jóvenes musulmanes se les acusa de ser terroristas, separatistas o miembros de los servicios secretos pakistaníes [ISI, en sus siglas en inglés] y se les encarcela bajo acusaciones falsas. El pueblo se está dando cuenta sin duda de que el “terrorismo azafrán” [esto es, nacional-hinduista] se está convirtiendo en una amenaza para la seguridad interna del país.
La barbarie del terrorismo de Estado se ha desatado en las zonas de implantación del movimiento revolucionario en el este y centro de la India con el fin de acabar con cualquier vestigio de democracia. El objetivo de este estado policial que dirige el gobierno fascista del BJP es eliminar a los opositores políticos, acusándolos de maoístas o de simpatizar con los maoístas. Es posible establecer una democracia real, algo que pasa por la destruir la violencia del Estado, convirtiendo al movimiento revolucionario en una alternativa política.

Queridos camaradas,
Al servicio de los intereses de los imperialistas, de la gran burguesía compradora y de los grandes terratenientes, la política básica de las clases dominantes indias en la represión desatada contra el movimiento revolucionario y el pueblo, las operaciones de cerco y limpieza, y el terror blanco, es no quedar limitada a medidas represivas normales. El elemento más importante de esa política son los ataques políticos e ideológicos. El enemigo no puede lograr sus objetivos recurriendo tan sólo a la represión, sin librar, al mismo tiempo, una guerra ideológica y psicológica.
El objetivo de todas las medidas represivas y de la presión ideológica que los imperialistas y sus lacayos de las clases dominantes indias imponen a los revolucionarios y al pueblo es muy claro: aferrarse al poder y reprimir la lucha popular que desafía su hegemonía hasta acabar con ella y hacer que el pueblo acepte su sistema semicolonial y semifeudal, es decir, que se someta a su sistema. Ésta es la esencia de la política de conflicto de baja intensidad, que se materializa en la práctica con medidas diversas. Sin entrar en si realmente podrán llevar a cabo dichas políticas de manera eficaz o si producirán los resultados deseados, podemos decir con certeza que ese conjunto de medidas no será un factor decisivo en el desenlace. Por contra, la fuerza ideológica y política, así como las políticas de los propios revolucionarios con que quieren acabar, desempeñarán un papel decisivo. Sus planteamientos y el modo en que los llevan a la práctica así lo demuestran. Por lo tanto, las políticas de los revolucionarios y no las del enemigo son el factor decisivo.
Los enemigos de clase no son en realidad muy fuertes porque estamos en una guerra de clases. Sí, esto es una guerra de clases entre opresores y oprimidos; entre explotadores y explotados; entre ricos y pobres; entre hambrientos y acaparadores; entre los imperialistas, los terratenientes y la gran burguesía compradora, por un lado, y los obreros y los campesinos, por otro. Esto es una guerra entre la justicia y la injusticia. Esta guerra ha comenzado debido a la propiedad privada, a la explotación y a un tipo de sociedad dividida en clases. Esta situación sólo llegará a su fin con la abolición de la propiedad privada, la explotación y las clases. La lucha de clases es una realidad objetiva independiente de los deseos de las clases. Las clases no pueden poner fin a estas guerras. Sólo aquellos que comprenden este hecho pueden luchar por la sociedad comunista sin clases, que pondrá fin a todas las guerras. Sólo ellos pueden moldear su ideología y su práctica política con arreglo a ese criterio. A esto es precisamente a lo que se llama conciencia de clase. Las clases dominantes y explotadoras, los represores del pueblo y sus fuerzas mercenarias podrán gritar a los cuatro vientos que van a borrar las montañas y los bosques o que van a acabar con los naxalitas en la India y que los maoístas jamás triunfarán. Por el contrario, la derrota o la victoria depende de los objetivos y de la firmeza del pueblo que lucha en los bosques, llanuras, aldeas y ciudades. La ideología del marxismo-leninismo-maoísmo afirma que ésta es la etapa de las revoluciones. Hasta las clases dominantes dicen que el siglo XXI es el siglo de las revoluciones y se preparan para tomar medidas preventivas con que reprimirlas. Y esto es así porque no han dejado al pueblo más que hambre, pobreza e injusticia. Su sistema económico explotador está en el origen de todo. Las clases dominantes saben a la perfección que el pueblo se rebelará contra esta situación. En la sociedad moderna actual, sus gobiernos “democráticos” sólo pueden distraer la atención del pueblo de las cuestiones verdaderamente importantes, pero no pueden resolver los problemas a que se enfrentan. Su objetivo es mantener el status quo del sistema explotador y reprimir el descontento popular y la violencia revolucionaria que el propio pueblo organiza. Por ello, tratan constantemente de estudiar las debilidades del movimiento revolucionario para golpearle. Las clases dominantes también conocen sus debilidades y también tratan de corregirlas. Sin embargo, nunca coronarán con el éxito ese empeño porque todos sus intereses se basan en la explotación. Nosotros conocemos nuestras fortalezas y nuestras debilidades y también contra quién luchamos. Podemos sin duda superar nuestras debilidades. Es ésta la razón por la que proclamamos que no pueden vencernos ni a nosotros ni a las amplias masas, que no pueden derrotar la guerra popular y que, sin duda, lograremos la victoria. Sólo mediante la guerra popular se puede hacer frente a la múltiple agresión ideológica, política, militar, social y cultural que los imperialistas y sus lacayos, esto es, la gran burguesía burocrático-compradora y los grandes terratenientes, han desencadenado contra los oprimidos, esto es, los obreros, los campesinos y las clases medias. Los enemigos de clase pueden imponer una guerra muy cruenta, pero la guerra popular no descansará hasta que se produzca su completa liquidación y la victoria de los oprimidos.
Citando a Lenin, Mao hizo un llamamiento a “¡Atreverse a luchar y a conquistar la victoria!”. Al formular así estos llamamientos, se pone de manifiesto que no es suficiente con atreverse a luchar sino que hay que atreverse a ganar también. Para ganar debemos tener firmeza y valentía. Para ello es necesario un deseo especial. Hasta que la revolución triunfe, tenemos que analizar minuciosamente todo aquello que en un principio no entendemos y avanzar hasta que la nueva sociedad democrática surja de las cenizas de este sistema explotador. Y avanzar aún más hacia las sociedades socialista y comunista. La firmeza y la audacia han de ser tales que permitan vislumbrar todo el recorrido hasta la Revolución victoriosa y acabar con el sistema semicolonial y semifeudal en países como la India y el sistema imperialista, que no sólo está destruyendo las vidas de miles de millones de personas, sino que se ha convertido en una grave amenaza para la propia supervivencia de la humanidad.
Emprendamos las siguientes tareas durante el año que tenemos por delante con el fin de superar la difícil situación a que nos enfrentamos y aprovechar mejor la excelente situación revolucionaria, cada vez más favorable para la Revolución en la India y en todo el mundo.
Tareas:
- ¡Derrotemos la tercera fase de la Operación Green Hunt, así como los planes Misión-2016 de Bastar y el Plan de Acción Saranda, que forman parte de dicha operación! Debemos avanzar para lograr más victorias en la guerra popular con el fin de cumplir la tarea central. Debemos analizar las experiencias de la guerra popular durante el pasado año para enfrentarnos a la tercera fase de la Operación Green Hunt, así como a los planes Misión-2016 de Bastar y el Plan de Acción Saranda, que son parte de dicha operación. Debemos extraer las lecciones positivas y negativas de dichas experiencias tras analizarlas y sintetizarlas. Debemos formular planes, tareas y tácticas adecuados para lograr más victorias. Debemos idear igualmente métodos adecuados de la línea de masas para unificar la voluntad y las capacidades de nuestra guerra popular.
- Consolidemos los comités del Partido a todos los niveles por medio de la campaña de bolchevización.
- Celebremos el 50º aniversario de la Gran Revolución Cultural Proletaria y del levantamiento de Naxalbari, el centenario de la Revolución Socialista Soviética, que conmovió al mundo, y el bicentenario del nacimiento del maestro del proletario internacional, Karl Marx, con todo el entusiasmo revolucionario!
- Concentrémonos en la reforma agraria revolucionaria, que es la base de la Revolución de Nueva Democracia.

La reforma agraria revolucionaria constituye la base esencial de la Revolución de Nueva Democracia. La reforma liberará a las masas campesinas, que representan la mayoría de la población, económica, política y culturalmente. Es ésta la manera de ganarse el apoyo inquebrantable de las masas campesinas y de conseguir el éxito de la Revolución de Nueva Democracia por medio de la guerra popular prolongada. La pantomima de las reformas agrarias de las clases dominantes reaccionarias ya no funciona y, por ello, hacen como si procuraran con sus políticas económicas liberales algo de alivio a los campesinos sin tierras, que no pueden permitirse el lujo de comprarlas. En este contexto, nuestra reforma agraria revolucionaria creará condiciones favorables para la Revolución.
- ¡Movilicemos al pueblo a gran escala, como en los movimientos de Lalgarh y Narayanapatna, contra las políticas neoliberales imperialistas, los desplazamientos y otras cuestiones políticas, económicas y sociales! ¡Que las organizaciones, fuerzas e individuos revolucionarios y democráticos construyan un poderoso movimiento popular de amplia base, movilizando a las grandes masas!
- Construyamos un poderoso movimiento militante unificando a las fuerzas revolucionarias, a las fuerzas y organizaciones democráticas y progresistas, a las minorías y a las fuerzas laicas, en contra del fascismo hinduista-brahmánico.
- ¡Construyamos un amplio movimiento popular uniendo al pueblo en diversos frentes entorno a cuestiones como los adivasis, los dalits, las mujeres y las minorías religiosas!
- ¡Salvemos la democracia! ¡Luchemos contra las fuerzas enemigas de uniforme y las bandas contrarrevolucionarias y reaccionarias que pisotean los derechos humanos!
Nuestro Partido defiende y fomenta la democracia y los derechos humanos. Respeta todo tipo de derechos y libertades, tales como la libertad de expresión, de asociación, de organización, etc.
- ¡Solidaricémonos con las luchas de los cachemires, nagas, manipures, asomes, bodos y otras nacionalidades que combaten por el derecho a la autodeterminación y el derecho a la secesión!
- ¡Apoyemos el movimiento antiimperialista mundial! ¡Movilicémonos en solidaridad con él en la India!
Con saludos revolucionarios,
Comité Central,

PCI (Maoísta)
28 de julio de 2016




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